Casa de Uriel en Japón

-Pero ya tengo demasiadas fotos mías, ahora quiero fotos tuyas- le sonríe acariciandole la cara

*Sonríe*
- Vale... Pero yo también quiero fotos tuyas, eh?

-Haremos muchas fotos de los dos y luego iremos aburriendo a la gente enseñandoselas- se ríe

- Eso, eso *se ríe*

-Ese uno de los encantos de los viajes, torturar a los demás con las fotos y presumir de compañía- se ríe

*Se ríe*
- Seguro que termina siendo divertido.

-Es muy divertido, ver sus esfuerzos por no mandarte a la mierda y ser amables... eso no tiene precio- se ríe

*Se ríe*
- ¿No es un poquito cruel?

-Soy un demonio, por algún sitio tenía que salirme la crueldad- se ríe

*Se ríe*
- Al menos no es nada demasiado malo.

-Soy demasiado adorable como para ser malo de verdad- se ríe

- Exacto *se ríe* en el fondo eres un trozo de pan.

-Soy tierno, dulce y encantador... y modesto- se ríe

- Modesto sobre todo *se ríe*

-En especial soy modesto- se ríe

*Se ríe*
- El claro ejemplo de la modestia, por supuesto...

-Por supuesto, no es mi culpa ser tan perfecto que no necesite ser modesto- se ríe

*Se ríe*
- Mira, allí también quedaría bien una foto *señalando*

-Entonces vamos allí a hacer más fotos- le sonríe y se encamina hacia el lugar elegido por Kei

- Ponte ahí, yo hago la foto *sonriente encendiendo la cámara*

Uriel se coloca donde le dice Kei
-¿Así estoy bien?- pregunta sonriendo

- Sí, perfecto *sonriente* Mira aquí.

Uriel le mira con una sonrisa, posando para la foto

*Hace la foto y luego le hace señas para que se acerque a verla*
- Sales muy bien.

Se acerca a él y mira la pantalla
-Guapísimo, como siempre- se ríe