Casa de Uriel en Japón

-A mí no me importa, no necesito dormir-se ríe

*Se ríe*
- Pero yo sí.

-Cierto... cuando quieras volvemos, no te preocupes por eso-sonríe

*Se ríe*
- Vale *se abraza a él*

-La luna se refleja en tus ojos... es hechizante...-le mira a los ojos con una sonrisa

*Se ríe*
- ¿Ah sí? ¿En serio?

-Sí... tus ojos son dos hermosas esmeraldas...-sonríe medio abobado

*Se ríe*
- Si hubieras bebido vino diría que se te ha subido a la cabeza...

-Pero no he bebido nada más que agua, es tu belleza la que me inspira-le besa suavemente

*Le devuelve el beso y se ríe*
- O eso o había algo en el agua.

-No, solo agua-le besa de nuevo

*Le devuelve el beso*
- Va, te creeré *se ríe*

-Sabes que me tienes a tus pies-sonríe

*Se ríe*
- Cosa que sigo sin entender.

-Hay cosas que no tienen explicación-se ríe divertido

*Se ríe*
- Sí, sin duda....

-Y que poco me imaginaba que iba a llamar "suegra" a tu madre...-se ríe

*Se ríe*
- Eso tampoco me lo imaginaba yo.

-Cosas que pasan, conoces a alguien y al final acabas compartiendolo todo con esa persona, ¿no es así como funciona?-sonríe

*Se ríe*
- Sí, creo que sí.

Asiente con la cabeza y continuan andando, Uriel le mira con una sonrisa encandilada

*Le sonríe*
- Creo que deberíamos volver ya, que mañana hay que madrugar...

-Sí, mañana tenemos trabajo-se ríe suavemente-Volvamos a casa-le sonríe y le besa suavemente

*Le devuelve el beso*
- Sí, mejor será, tenemos que estar descansados... *se ríe*

-Mejor será, que además tu madre nos espera bastante pronto-empiezan a desandar el camino- Hay que salir más noches a pasear