Casa de Uriel en Japón

- Claro *sonríe* Si dices que está delicioso seguro que lo está.

Le acerca un trozo a la boca mientras sonríe complacido

*Se lo come*
- Mmm... Sí que está bueno, sí...

-Aunque menos que tú-se ríe

- Hombre, por supuesto *se ríe*

-Ya no te pones colorado como al principio, eso me gusta-sonríe

*Se ríe*
- Supongo que me habré acostumbrado ya.

-Debe de ser eso, mi dulce Kei

- Como para no acostumbrarme, si siempre estás diciéndome cosas así *se ríe*

-Sí, supongo que es normal que te hayas acostumbrado-sonríe y ataca de nuevo su postre

*Sonríe y se termina el postre también*

Pide la cuenta, que paga con una sonrisa de satisfación, la comida había estado deliciosa y la velada había sido muy agradable.

-Y ahora a casa, estoy deseando saber que tienes pensado-sonríe cogiendole la mano

*Se ríe*
- Pues en realidad no tengo pensado nada...

-Entonces improvisaremos-sonríe

*Se ríe*
- Sí, supongo.

-A veces salen mejor las cosas si no las preparas-sonríe

*Se ríe*
- Eso sí es verdad.

-Claro, además a nosotros siempre nos salen bien las cosas-se ríe

- Sí, planeadas o no *se ríe*

-Eso es que estamos hechos el uno para el otro-se ríe suavemente

*Se ríe*
- Claro, tiene que ser eso.

-Claro que sí-se ríe y le besa suavemente

*Se ríe y le devuelve el beso*
- ¿Vamos a pasear un poco antes de ir a casa?

-Podemos pasear un poco más por el parque de antes si quieres-le sonríe

- Vale, estaría bien *sonríe*