La jaula dorada

El jardin de rosas negras era un lugar bastante silencioso y apacible.
Solo había una figura que desentonaba con las rosas, un hombre con una abundante cabellera blanca.
Llevaba en las manos una jaula dorada que estaba colocando en un lugar bastante céntrico. El pajarillo que había dentro piaba estridentemente.

-Shhh. ¡Cállate ya! Sabes que no te morirás. Además, aquí estarás bien. Hay algunos viejos conocidos míos. Tarde o temprano se pasarán por aquí... Será divertido ver que hacen contigo.-

El pájaro se quedó en silencio y le dio la espalda al hombre.

- No te enfades conmigo, nena. Sabes que lo hago por tu bien. Si estás encerrada nunca podrás ver a tu amorcito, ¿no?- El pajarito encogió su pequeña cabecita y el hombre soltó una gran risotada.- Pásalo bien, cariño mío.- Dijo en un tono socarrón.

Dio un beso a la jaula y desapareció de repente. Dejandola sola en medio del inmenso jardín.

Por un camino de piedra gris, se adentró el violinista al jardín de rosas negras. Llevaba consigo su preciado violín para distraerse, pues no sabía si la persona con la que había quedado iba a tardar o si iba a aparecer. Lo sacó de su funda y se dispuso a tocar una melodía para romper el silencio que había en el inmenso jardín... sin darse cuenta de la existencia de la jaula dorada que había oculta entre las oscuras rosas.

El pájaro escuchó el sonido de un violin, no muy lejos de donde estaba.

Queriendo llamar la atención del músico, comenzó a piar tan fuerte como pudo.

Uriel llego poco después, no le costó encontrarle, incluso en el más asboluto silencio o en la más oscura sombra la marca de su alma era claramente visible.

-Entiendo tus dudas, Neviross, tus inquietudes... debes de tener muchas preguntas y crees que yo tengo respuestas que tal vez no sepa darte...-se sienta a su lado.-Ese pajaro suena desesperado...

Cuando vió que Uriel se acercaba, dejó de tocar el violín para escucharle a él. También escuchó al pájaro enjaulado, pero no le hizo caso, primero quería saber cuantas de sus dudas podrian ser respuestas en ese momento.

-Quizás no puedas contestar a algunas, como dices. Pero habrá otras que si que conoceras las respuestas... - dejó el violín en su funda y se volvió hacia el chico.- Supongo que tengo que descartar todas las preguntas sobre el dueño de mi alma, ya que me digiste que no te tratas con él... Pero si que conoces a los demonios. ¿Sabes si sus tratos se pueden romper?... -de repente hizo un silencio bajando la mirada, meditaba si preguntarle cierta cosa o no. Prefirió dejarlo para más adelante. Ahora escucharía las respuestas, si las había.

-No te hagas muchas ilusiones respecto a mis respuestas... una cosa quiero que la tengas muy presente, no soy mentiroso, no soy de los que recurren a engaños y esas mierdas... así me va.-se ríe suavemente.-Pero sólo soy un íncubo... un demonio menor consagrado a los placeres de la carne... Bien, sabiendo eso te contesto. Los tratos se pueden romper, pero no es fácil, generalmente para romper un trato hay que dar algo a cambio... podrías liberar tu alma, sí, pero seguramente condenando otra... cambiando tu condena por la libertad de la otra persona... depende del trato, de las circustancias y del demonio con el que se haga... Astharoth es un imbecil y un prepotente, mi señor Belial es un imbecil y un prepotente ¡¡todos los demonios del infierno lo son!! pero a veces que sean imbeciles, prepotentes y egocentricos es una ventaja para los que soms inteligentes y astutos...-se ríe.-En el fondo son como niños grandes... si les prometes un caramelo hacen lo que quieras.-se ríe de nuevo.-Pero si no lo haces bien el castigo sería peor de lo que puedas imaginar... lo más probable, como ya te he dicho, es que ese viejo engreido solo acepte cambiar tu castigo a cambio de que le entreges otra alma a la que cargar con el peso que le quite a la tuya. Preguntame todo lo que quieras, Neviross, si puedo contestar lo haré...-le sonríe tranquilo, consciente de que hay algo que se calla.

(XD Uriel está muy hablador, debe de ser la novedad de tener con quien hablar, porque menudo tocho que he puesto XD)

Neviross se levantó.

-Si hay algo que no quiero es involucrar a otra persona.- Dijo mientras se dirigía a la jaula. La cogió y regresó al lado de Uriel.- Preferiría sufrir mil condenas a ver sentenciada a otra persona por mi culpa.- Desvió la mirada hacia la jaula y comenzó a juguetear con los barrotes. Se sentía frustrado. Hubo un silencio. -¿Crees que habría alguna forma de que Astharoth muriera?- En sus ojos se podía ver una mezcla entre desesperación y odio.

-¿Antes del Armagedon? no lo creo... cof cof ya me gustaría a mí cof cof Si de mí dependiese el infierno estaría vacío... y no habría súcubos en el mundo... bueno ni más íncubos que yo... Supongo que más que matarlo hay que pensar en engañarlo... los demonios ya no somos lo que fuimos... nos hemos acomodado... nos hemos vuelto vagos... en especial los Grandes demonios como él... se han aplotronado en sus tronos del infierno y no mueven el culo pase lo que pase...-se ríe-Tal vez el Apocalipsis logre que reacionen... pero hasta eso lo dudo... Pero de todos modos hay escrituras antiguas... que los humanos no sabeis que existen... libros prohibidos... ocultos y más oscuros que el Necronomicon (como Ryu oiga eso te va a estar suplicando que se los dejes XD) manuscritos que hablan de los secretos del mundo... de los ángeles blancos y los negros...-sonríe suavemente.

(Uri, que eres un demonio... demonio!! no deberías de ayudar al primero que se te cruce XD)

-Vaya... Y esos libros...¿No hay alguna forma de encontrarlos? Alguien debe de saber como llegar hasta ellos, ¿no? -preguntó con curiosidad, creía que si daba con ellos Astharoth estaría perdido.- Porque creo que si él muriera, yo volvería a ser el dueño de mi alma... Así podría gozar de la compañía de mis amigos, sin preocuparme de que les fuese a causar problemas. -pasó los dedos por las rendijas de la puerta de la jaula.- ...Desearía tanto ser libre... .- terminó de decir melancólicamente, abriendo la puerta y dejando que el pájaro escapara.

Uriel la mira de soslayo, no quería más testigos de los deseados de su conversación, sin inmutarse, practiacmente incapaz ya de sorprenderse por todas las cosas vista a lo largo de los siglos la mira, de la nada hace aparecer algo de ropa cerca de la chica.

-Vistete, hace demasiado frío para ir así por la vida.-la sonríe.-Las mujeres me interesan tanto como las piedras.-dice girandose hacia Neviross, a modo casi de disculpa.-Esos libros son díficiles de encontrar, los humanos nunca podreis tener acceso a ellos, sólo algunos demonios... la Biblioteca del Averno es grande, custodiada por seres espantosos que controla un despiadado demonio...un sanginario ser que disfruta con los gritos de los condenados...-le sonríe giñandole un ojo.-Pero sé engatusarle...

Miró a la chica con asombro, jamás había visto a un ser transformarse de aquella manera. Pero por mucho que ella insistía emocianada por ayudarles, tuvo que rechazar su oferta. No quería meterla en sus problemas.

-Lo siento pequeña... Me temo que esto es asunto mio, no quisiera que salieras mal herida por mi culpa. Si tanto llevas esperando tu libertad, pues aprovechalo y ve a conocer mundo. - Dió la vuelta hacia Uriel, terminando la conversación con la chica. Y con un tono de voz más bajo, continuó su charla con él, esperando a que ella se fuera.- Entonces... ¿tú podrias conseguirle esos libros?

-Ahora eres libre, ve y busca un lugar para ti en este mundo...-Uriel se centra de nuevo en el joven (todos a su lado son jovenes XD)-Podría conseguir algún libro prohibido, yo puedo pasar... sé camelarme al guardían de la Biblioteca... los demonios son tontos... Es posible que pronto tu alma sea libre.-le sonríe- ¿Y entonces como me recompensarás mi ayuda...?-le mira con una sonrisa de transfondo ambiguo.

-Por mi parte eres más que libre de hacer lo que te de la gana, yo no se lo pienso decir a los grandes demonios... y ellos están tan ocupados adorandose que no se van a enterar... No sé a quien buscas en el Averno, pero escribele un carta y se la haré llegar...No se puede entrar en el Averno como si tal cosa... los demonios podemos entrar y salir... Y no te preocupes, que no creo que Neviross te vaya a encerrar...-mira a Neviross.- Yo creo que algo podremos hacer con lo tuyo...

-No te voy a encerrar, pero tampoco quiero ser tu amo... - estiró el brazo acercando la jaula a la chica.- Escribele la carta a aquel chico y ve con él. Espero que le encuentres. - dijo despidiendose con una sonrisa amable y volvió con Uriel.- Tú dirás lo que quieres a cambio...

-No, no, Neviross, la gracia es que seas tu mismo el que me ofrezca...-sonríe divertido.

Se quedó en silencio pensando que podría ofrecerle. Apenas poseía objetos de valor, aunque también pensó que Uriel no debía buscar riquezas... pues ya tenía bastantes.

- Creo que no tengo mucho que ofrecerte...- se acarició la nuca aún sin saber bien que poder decirle.- ...quizás podría ayudarte a tí en algo... ¿buscas algo en especial en la Tierra?

-Bah, algo se te ocurrirá... Lo que busco en la Tierra, sinceramente es lo mismo que buscamos todos los íncubos y súcubos; almas puras que corromper y hacerlas caer en la tentación de la carne... como comprenderás ahora mismo no es que tengamos mucho trabajo.-se ríe.-Realmente ahora me dedico a la música y a vivir la vida... -se ríe de nuevo.

-Si necesitas alguna ayuda con la música, sabes que te ayudaré encantado. -dijo con una sonrisa. Después miró hacia atrás y vió que la chica de cabellos rizados seguía ahí, justo a sus espaldas.

-¿Música? bueno...en parte te podría acetar ayuda con eso, pero mi voz es angelica...y todo divinamente... Pero para empezar... piensa en algo más...-se ríe suavemente