- ¡Primer para coger cuarto!
Nona cruzó velozmente la entrada, subió las escaleras y se lanzó a la primera puerta que encontró. La luz del sol inundaba la vacia habitación. Dejó caer la maleta al suelo y se asomó por la ventana. Ésta daba a la parte trasera de la casa, al pequeño jardín descuidado en el que crecía un único roble de cuyas ramas colgaba un columpio. A diferencia del resto de las cosas éste estaba nuevo. Nona sonrió para sí.
- Seguro que lo ha colocado "Miun" para mi.
Se asomó un poco más y bajo el porche alcanzó a ver tres sillas y una mesa llenas de óxido y el caballete de su hermano.
- Sí,- este será mi cuarto.