Casa de Uriel en Japón

Uriel se queda dormido rápidamente, acurrucado al lado de Kei

*Se duerme al poco rato también*

Se despierta al cabo de un par de horas, sonrie al ver a Kei a su lado, le daba pena despertarle, así que se queda en silencio.

*Duerme durante un rato y luego se despierta*
- Buenos días *se ríe*

-Buenos días, Kei-le sonríe

*Se ríe*
- Más bien son buenas tardes... *Bosteza*

-Lo que sea-se ríe-¿Has dormido bien?

*Sonríe*
- Sí, muy bien. ¿Y tú?

-Estupendamente, tenía mucho sueño, ¿quieres que tomemos un té calentito?

- Sí, buena idea *sonríe* Es lo que más apetece ahora.

-Vamos entonces al salón y nos lo tomamos-le sonrie.-Hay pastelillos de té verde para acompañarlo

- ¡Genial! *Se levanta y va con él al salón*

Le coge la mano y baja con él al salón.
-Ve poniendo la mesa mientras yo preparo el té-le sonrie

- Vale *sonríe y empieza a poner la mesa tranquilamente*

Uriel pone a calentar el agua para él y a colocar los pastelillos en una bandeja. No tarda en volver al salón con las cosas.
-Ya esta todo, Kei

- Genial *sonríe* El té huele muy bien.

-Espero que te guste, es té blanco-sonrie

- No lo he probado nunca, pero seguro que sí *sonríe y coge la taza*

-Esta bueno, a mí me gusta bastante-le sonríe

*Prueba un poco*
- Sí, está riquísimo *Sonríe*

-Y prueba también los pasteles-le sonrie

- Sí, sí *Se ríe y coge un pastel* A ver qué tal... *Lo prueba*

-La verdad es que son comprados, aunque sé hacerlos-confiesa con una sonrisa

*Se ríe*
- Para ser comprados están buenos.

-Sí, son bastante buenos-sonríe-Es que no tenía tiempo para hacer yo pasteles